
Se dice que las tres cosas que mueven al mundo son el dinero, el sexo y la muerte. No obstante, creo que en esta lista falta una de ellas, una muy importante: el AMOR. Y con amor no quiero decir cuando dos personas se enamoran, empiezan a salir juntas y todas esas cosas (todas esas chorradas, que diría alguien que yo me sé), me refiero al sentimiento de amor en general, al se le puede tener a un padre, una amiga, un animal... El amor como concepto global, aunque entonces quizá la palabra más adecuada sería la de sentimientos, los vínculos que se crean entre tod@s y cada un@ de nosotr@s.
El amor es algo que mueve montañas. Es capaz de hacer posible lo imposible y es una fuente de energía positiva inagotable. Por un sentimiento de verdad hacia otra persona uno es capaz de tirar adelante sea como sea, de superar todas las dificultades y de aguantar todos los males. Es un arma poderosa, de eso no hay duda, pero un arma de doble filo, un arma que puede acabar agrediendo a su portador de la manera más despiadada posible. Ya lo decía Alice Cooper en una canción de su álbum Hey Stoopid, "Sometimes Love's a loaded gun that shoots to kill", que quiere decir que "A veces el amor es una pistola cargada que dispara a matar" y creo que razón no le faltaba al amigo. Hay días en los que me levanto cargado de energía gracias al poder de los sentimientos, dispuesto a cualquier cosa, y sin embargo hay otros en lo que tengo una pérdida de fe increíble y me planteo si de verdad no estaríamos mejor sin esos sentimientos. Sé que puede sonar autista, pero hay muchas ocasiones en los que los sentimientos duelen tanto que a uno le gustaría ser como un robot, frío y sin emociones, sin esos vínculos que pueden llegar a ser tan fuertes que aniquilan. No sé cómo funcionaría una sociedad así, ya que el amor es uno de los principales motores de la humanidad; seguramente entonces no se nos podría ni considerar ni humanos. Y no digo que entonces seríamos animales, porque está más que claro que los animales tienen sentimientos (¿o acaso pensabas que cuando tu perro te mueve la cola al verte lo hace porque tiene un tic nervioso 0.o?).
Traiciones, decepciones, desengaños... Creo que tod@s hemos pasado por algo así alguna vez en la vida, y cuando se pasa se hace mal, se notan esos miles de cuchillitos clavándose en las entrañas del alma, cuando sientes que todo aquello que amabas, aquello en lo que creías no era tal y como tú pensabas y la realidad es totalmente distinta. Son esos momentos en los que digo que igual estaríamos mejor sin sentimientos. En esos momentos, cuando las emociones negativas te dominan, te sientes débil. Indefenso. Como si fuera otr@ el que maneja los hilos. Y yo particularmente ODIO sentirme así, débil e indefenso, con el alma totalmente desprotegida, sufriendo los impactos sentimentales una y otra vez. Es en esos momentos cuando nos sentimos enjaulados, como si nos agarraran y no nos dejaran ir, cuando en realidad lo que queremos es echar a correr y huir de aquello que nos hace daño.
"Huir de aquello que nos hace daño". No tener sentimientos para no sufrir sería equivalente a huir, tirar por el camino fácil, el indoloro, el que se supera sin esfuerzo. Ciertamente sería mucho más cómodo si fuéramos robots programados incapaces de sentir cariño o afecto por los demás, porque a veces ese cariño se nos puede volver en nuestra contra. ¿Pero nos sentiríamos vivos realmente? ¿Valdría la pena entonces todo el esfuerzo, el sacrificio, la lucha diaria? Por no hablar de cuando los sentimientos nos reportan candidez, seguridad, fuerza de voluntad y energía. Los buenos momentos. Aquellos en los que te sientes feliz, en lo que todo parece maravilloso y en lo que el corazón vibra con tanta intensidad que parece que quiera explotar y salir disparado del pecho. ¿Vale la pena dar de lado todos esos sentimientos por evitar los malos momentos? Es como el que quiere evitar tener una mascota por miedo a que se le pueda morir. Sí, se pasa mal al final, pero ¿y qué hay de los buenos momentos que se han vivido? Francamente no creo que una sociedad sin sentimientos, sin vínculos entre sí, sin amor, pudiera funcionar por si sola. Creo que dependería de un ente superior que la controlase y la hiciese moverse, por si misma sería un mundo estancado, sin posibilidad de avance.
Los sentimientos vienen en packs de dos, con su parte buena y su parte mala, y como todo donde intervienen los conceptos del bien y el mal, si quieres a uno tienes que quedarte con el otro, no pueden existir sin que esté el contrario. Desde el momento en que aceptas entrar en el juego, tienes que ser consciente de que a veces para pasarlo bien vas a tener que pasarlo mal. A veces para poder apreciar a una persona de verdad antes te habrá tenido que traicionar otra. Es bonito y triste a la vez, reconfortante e injusto, satisfactorio y doloroso. Pero es así, y por suerte o por desgracia, no se puede cambiar, ni quedarse sólo con la parte buena del asunto. Y es que aunque a veces duela, aunque a veces haga sangrar de rabia e impotencia, otras veces desprende chorros de luminosidad y positivismo sin igual.
Es lo que hay y así lo hemos de aceptar ya que, sin el amor, no tendríamos ese algo que nos hace ser tan particulares. No seríamos nosotros. No seríamos humanos. Aunque a veces me pregunto si no nos iría mejor sin ser así. Y es que aunque en los sentimientos los extremos están claramente delimitados, en la vida no impera el blanco o el negro; suele ser de un tono grisáceo, con sus risas y sus lágrimas.