
Cuando la noche cae, normalmente tod@s caemos con ella y lo hacemos para adentrarnos en otro mundo, una realidad alternativa que convive que la nuestra y que, curiosamente, se encuentra dentro de nosotr@s mism@s: el fascinante mundo de Los Sueños...
Fascinante, tremendamente complejo y muchas veces carente de sentido, lógico y coherencia. Cuando soñamos, nuestra mente queda en "stand-by" y nuestros pensamientos corretean por nuestro cerebro sin control ni criterio, a su total libre albedrío, generando muchas veces experiencias inconexas, absurdas y que no guardan el más mínimo sentido. Teniendo en cuenta la naturaleza de los sueños, podríamos decir que esto es algo de lo más normal: nos dormimos, no somos dueños de las acciones de nuestra mente y todo lo que hay guardado en ella hace y deshace como le viene en gana, sin que estemos nosotr@s controlando en plan censor, dando forma a lo que tenemos almacenado. Así pues, es lógico que los sueños no sean más que un cúmul0 de cosas inconexas guardadas en nuestro "disco duro" que, al no pasar por el filtro de nuestra lógica, se organizan aleatoriamente cuales jugos e ingredientes en una coctelera. Pero, mis querid@s niñ@s, ¿realmente creéis que es así? ¿De verdad los sueños son estúpidos e ilógicos por naturaleza, o en el fondo esconden un mensaje oculto, una expresión de nuestras emociones (buenas y malas) más escondidas en el fondo de nuestro ser, que se manifiestan en toda su libertad al no sufrir nuestro dominio? Aunque quizá los sueños son reflexiones, incluso avisos, todos adornados con una aparente absurdidad que en el fondo no es más que una metáfora de nuestros sentimientos, vivencias, de nuestra vida propia.
No será en esta morada donde divagaremos sin cesar sobre qué postura de las anteriormente expuestas es la correcta ya que opino que ningun@ tenemos, en el fondo, la respuesta verdadera (o probada científicamente). Cada cuál que crea lo que le parezca, yo simplemente me limitaré a exponer mi criterio y algunas de las vivencias en ese mundo alternativo que me han hecho forjarme esa opinión. Y es que bajo mi humilde razonamiento, creo que la verdad es que los sueños sí tienen algún significado oculto entre ellos, como si nuestra cabeza nos quisiera decir algo pero no directamente, si no de forma sutil y misteriosa, para que seamos nosotr@s mism@s los que lleguemos a una conclusión. Creo que los sueños son metáforas, expresiones mentales que bajo la consciencia reprimimos, pero que cuando entramos en su mundo actúan de forma salvaje. Y es que ya lo dije una vez, la primera regla de los sueños (y las pesadillas) es que no hay reglas. Evidentemente puede que no todos los sueños estén cortados bajo el mismo patrón; seguramente más de una vez soñaremos cosas que realmente no quieran decir nada, pero serán otras veces cuando nuestra cabeza nos susurre desde su particular desorden, advirtiéndonos, aconsejándonos o simplemente haciéndonos disfrutar.
Lo curioso de los sueños es lo reales que pueden llegar a parecer. Cuando soñamos, para nosotros todo tiene lógica y sentido, todo es normal por muy absurdo que en el fondo sea, y parte de esa convicción creo que viene de que los sueños no son como una película que se ve, si no que es algo que se siente. Cuando estamos en ese irreal mundo, sentimos que somos parte de él, notamos emociones, sensaciones, oímos voces, vemos a nuestro alrededor. No miramos bajo los ojos de otro protagonista, nosotr@s somos los protagonistas. Y eso es lo que hace la experiencia más intensa, inmersiva y, a veces, peligrosa. Sensaciones agradables, como soñar que volamos y notar cómo realmente es así, cómo sentimos que flotamos, cómo el aire golpea con fuerza nuestro rostro. O soñar con un chic@ que nos gusta, y que estamos con él / ella, haciendo posible aquello que a lo mejor en la realidad no puede llevarse a cabo (y por favor, que nadie piense sólo en los mecanismos eróticos de los que nuestro cuerpo tiene que tirar de vez en cuando para cumplir con ciertas necesidades biológicas; estoy hablando de sentir amor en sueños. Aunque, evidentemente, los sueños sensuales son otra vertiente bastante jugosa...). Sí, es maravilloso cuando soñamos algo placentero y notamos que esa fuente de placer existe (en nuestro sueño), y aunque a veces nos despertamos y pensamos "qué lástima, sólo era un sueño" otras veces la sensación nos hace levantarnos de muy buen humor.
Pero...
¿Y qué hay de cuando topamos con la otra cara de la moneda? ¿Cuando soñamos algo desagradable, algo que nos hace sufrir y pasarlo mal? Entonces los sueños ya no son tan bonitos y bucólicos, entonces es cuando entran en juego Las Pesadillas. Nuestros mayores temores, nuestros peores enemigos, todos se cuelan en nuestra parcela de desorden mental particular y tornan la experiencia en algo incómodo, angustioso y a veces aterrador. Aunque a veces lo peor no es tener estos sueños, si no sentir esas experiencias negativas, vivirlas como si realmente estuvieran pasando. Recuerdo haber soñado (porque creo que no existe el término "pesadillado", que sería más conveniente) con la muerte de un ser querido, y ser tan real la sensación de que esa persona nos había abandonado que, pese a después despertar y decir "¡Menos mal, sólo era un sueño!", levantarme con una sensación negativa en el cuerpo y tardar esta en irse un buen rato. Curiosamente en las interpretaciones de los sueños se dice que cuando soñamos con la muerte de un ser querido, en realidad le estamos "alargando la vida". ¿Ironía o una forma de disfrazar algo desagradable para que nuestra psique esté más tranquila? El que no se consuela es porque no quiere...
Como tod@s vosotr@s, estimad@s seguidores, he tenido infinidad de sueños, algunas maravillosos, otros asquerosos, unos vibrantes, otros deprimentes, unos cuántos cómicos, otros excitantes... Pero de entre todos ellos, hay uno que me ha impactado de forma especial: El Sueño Recurrente. Aunque es un sueño, en realidad han sido muchos sueños iguales, o el mismo sueño repetido una y otra vez, en diferente contexto, pero conservando su esencia. Y lo que me intriga / preocupa / molesta es precisamente esa recurrencia, ya que se trata de algo que cada X tiempo vuelve conmigo, como si quisiera recordarme algo. Padezco dicho sueño de forma cíclica, cuando menos lo espero lo vuelvo a tener, y aunque cada vez es diferente en su ámbito y desarrollo, su idea principal siempre está ahí y se repite, provocándome una sensación de angustia en el mundo de los sueños y de intriga en el mundo real.
Aparezco en un coche, sentado en el asiento del copiloto. Conmigo va la persona que conduce y normalmente alguien más en la parte de detrás, aunque no suelo recordar quiénes son estos últimos. Vamos por un camino de montaña, una carretera sinuosa de curvas, con giros pronunciados (tipo la carretera de las Costas del Garraf). El que conduce va a toda velocidad, tomando las curvas de manera brusca y rápida, y yo siento esa velocidad como algo negativo. "Frena un poco, que a mí estas curvas me dan algo de miedo", digo siempre. "Tranquilo, no pasa nada", me contestan siempre, y el trayecto continua hasta que en una curva, súbitamente, el conductor pierde el control y la fuerza de la velocidad hace que el coche salga de la carretera, lanzándose al vacío de un gran acantilado. Al momento, el miedo se apodera de mí y de mis acompañantes, noto cómo nos caemos, veo cómo gira el paisaje a nuestro alrededor y pienso "Voy a morir", y acto seguido vuelvo a pensar "Y esta vez no es ningún sueño, esta vez es de verdad". Al momento todo termina, y no sé deciros si al final muero o no, ya que supongo que si realmente lo hago no soy consciente de ello (no puedo ser consciente de mi propia muerte, se supone). Y esta esencia, atormentadora, se repite como un bucle cada cierto tiempo en mi vida. Unas veces es en una montaña, otras veces en una carretera costera, unas veces conduce mi padre, otras veces un amigo, unas veces caigo al vacío, otras veces al agua y noto como el mar me engulle, pero la idea siempre es la misma. Y no sólo esto, también la sensación, tan real e intensa que me hace pensar dentro del sueño que no es ningún sueño, que otras veces sí fue un sueño, pero que la actual no lo es.
Y es que me preocupa e incomoda el sueño y su realidad, pero me intriga y molesta que tenga que repetirse cada cierto tiempo, como si fuera un mensaje oculto, una advertencia o una llamada. ¿Qué es lo que quiere decirme mi propia cabeza, que tiene que utilizar este mensaje cifrado para darme el aviso? Evidentemente descarto el sueño premonitorio, tipo de sueño que ahora que pienso no he mencionado y en los que no creo para nada, ya que creerlos implica creer que el destino ya está escrito y esa es una idea que no me resulta lógica ni creíble. Vamos, que no veo este sueño como "en un futuro me mataré en un accidente de coche de esta manera". Mi querida amiga Nekoi (a la que mando un grandioso beso allá donde está ahora, haciendo realidad un sueño ^^) me dice que este sueño y los relacionados con coches y conductores simbolizan el rumbo de la vida, queriendo decir que si vamos en un coche y no conducimos nosotros es que nuestra mente expresa que la dirección de nuestra vida la llevan otras personas / decisiones y no nosotros mismos. ¿Quiere decir eso que mi mente me advierte de que no soy dueño y señor de mis vivencias y que, de seguir así, voy a acabar "estrellado"? Quién sabe...
Curiosamente, la última vez que tuve este sueño recurrente algo cambió. Todo empezó como siempre y tuvo el desarrollo de siempre hasta la parte en la que pronuncié mi queja al conductor por su exceso de velocidad y la peligrosidad que eso implicaba. A partir de ahí, el conductor me volvió a decir que no pasaba nada, que estuviera tranquilo, pero esta vez sí que realmente aflojaba la marcha, tanto que daba la sensación de que hasta un abuelete con bastón nos podría adelantar andando. Pero al final llegábamos tod@s sanos y salvos al destino. De la misma manera diferente, esta vez sí que recuerdo a los integrantes del coche, y recuerdo haber estado con mis amigos Nekoi, Mashiba y Keiko. La nota cómica y surrealista la puso el conductor, que no era otro que el tenista Rafa Nadal XDDDD (¿Y qué pinta este buen hombre en mi sueño, cuando a mí no me gusta el Tenis? Es un sueño, tiene que ser absurdo...). Fue reconfortante porque esta vez la cosa, por primera vez desde que tuve este sueño, tomaba un rumbo diferente y acababa bien. ¿Será una expresión del cambio que pronto sufrirá mi vida a nivel laboral / estudiantil y cómo mis nuevos amig@s han intervenido para que se produjera tal cambio? Aunque de ser así faltaría el gran Eisen, pero repito lo mismo: es un sueño. No tiene por qué ser coherente... Desde entonces aguardo a ver cuándo volverá a ser la próxima vez que tenga ese enigmático sueño, si es que lo vuelvo a tener otra vez, y cómo se desarrolla esta vez, si siguiendo la pauta tradicional o tomando el nuevo giro de la última vez.
Estoy cansado. Y por lo que observo, tod@s vosotr@s, mis apreciad@s infantes, también lo estáis. Ha llegado la hora de ir a cama, así que descansad y tened dulces sueños... O no...